Tiempo de Elegir
Tom Coelho*
“Un hombre no es grande por lo que hace,
sino por lo que renuncia.”
(Albert Schweitzer)
Muchos amigos lectores han solicitado mi opinión acerca de cuál rumbo dar a sus carreras. Algunos aprecian su trabajo, pero no la empresa donde están. Otros admiran la estabilidad conquistada, pero no encuentran placer en la realización de sus tareas. Unos reciben propuestas para cambiar de empleo, financieramente desfavorables, pero desafiantes. Otros, tienen delante de sí un vasto abanico de opciones, muchas cosas por hacer, pero no consiguen abarcar todo.
Todas las personas tienen algo en común: la necesidad de elegir algo. Recuerdo a Clarice Lispector: “Entre el ‘sí’ y el ‘no’, sólo existe un camino: elegir”.
Creo que casi todas las personas pasan a lo largo de su trayectoria por el “dilema del cambio”. Un momento especial en que una decisión clara, específica e irrevocable tiene que ser tomada simplemente porque la vida no puede seguir como está. Algunas personas pasan por eso a los 15 años, otras, a los 50. Algunas quizá nunca tomen esta decisión, y otras lo hacen varias veces en el transcurrir de su existencia.
Hacer elecciones implica renunciar a algunos deseos para dar viabilidad a otros. Usted cambia seguridad por desafío, dinero por satisfacción, lo poco cierto a lo muy dudoso. Así, una compañía que le ofrece estabilidad con apatía puede dar lugar a otra dotada de inestabilidad con osadía. Análogamente, la aventura de una vida de soltero puede ceder espacio al confort de un casamiento.
Placer y Vocación
Los años me enseñaron algunas lecciones. La primera de ellas viene de Leonardo da Vinci que decía “La sabiduría de la vida no está en hacer lo que a uno le gusta, sino en gustar de lo que se hace”. Siempre imaginé que fuera lo contrario. Sin embargo, reflexionando, pasé a comprender que cuando apreciamos lo que hacemos, podemos sentirnos completos, satisfechos y plenos, al paso que si apenas buscamos hacer lo que nos gusta, estaremos siempre en una búsqueda insaciable, porque lo que nos gusta hoy no será lo mismo que apreciaremos mañana.
Sin embargo, es indiscutiblemente importante alinear el placer a nuestra aptitud. Encontrar el talento que reside dentro de cada uno de nosotros al que llamamos vocación. Oriunda del latín vocatione, y traducida literalmente como “convocatoria”, simboliza una especie de predestinación inminente a cada persona, algo revestido de cierta magia y divinidad. Una voz imaginaria que suena latente, capaz de hacer que abogados se vuelvan músicos e que ingenieros se vuelvan jugo. Es un lugar en el tiempo y en el espacio donde la felicidad tiene su morada.
Elecciones son hechas sobre la base de nuestras preferencias. Es donde recurro nuevamente a la etimología de las palabras para descubrir que el verbo ‘preferir’ viene del latín praeferere y significa “llevar delante”. Me parece una indicación clara de que nuestras elecciones deben ser hechas con los ojos en el futuro, en el uso de nuestro libre-albedrío.
El mundo corporativo reserva muchas trampas. Cambiar de empresa o cambiar de atribución, por ejemplo, son invitaciones permanentes. El problema de negarse a esto es pasar el resto de la vida preguntándose: “¿Qué hubiera pasado si yo hubiera aceptado?” Prefiero no cargar conmigo el beneficio de esta duda. Por eso, opto por asumir riesgos, evidentemente calculados, y seguir adelante. Dicen que somos libres para elegir pero prisioneros de las consecuencias…
Para aquellos insatisfechos con su ambiente de trabajo, una alternativa al cambio de empresa es postular la mejoría del ambiente interno actual. Dialogar y presentar propuestas son un buen camino. De nada sirve asumir una postura meramente defensiva y crítica. Recuerde que las personas no están en su contra, sino a favor de ellas mismas.
Por fin, combata la mediocridad en todas sus vertientes. La mediocridad de trabajos desconectados con su vocación, de empresas que no lo valoran, de relaciones fallidas. En este aspecto, como decía Tolstoi, “No se puede ser bueno por la mitad”. Medias-palabras, medias-verdades, medias-mentiras, medio camino para el fin.
Los griegos no escribían obituarios. Cuando un hombre moría, hacían una pregunta: “¿Él vivió con pasión?”.
¿Cuál sería la respuesta para Usted?
05/12/2003
* Tom Coelho!, con graduación en Economía en la FEA/USP, Publicidad en ESPM/SP y especialización en Marketing en la MMM/SP y en Calidad de Vida en el Trabajo en la FIA-FEA/USP, es empresario, consultor, profesor universitario, escritor y conferenciante. Director de Infinity Consulting y Director Provincial del NJE/ Fiesp. Contactos a través del correo electrónico: tomcoelho@tomcoelho.com.br.
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